Nur Matta
San Andrés Cholula, Puebla

navaja editora

Últimamente estoy explorando lo lento, preguntándome cuáles son las cualidades de mi condición,  indudablemente está la lentitud. Un poema, Dana, una de las Femidiscas me lo compartió para explorar este universo lento,  porque además yo tengo muchísima prisa, una prisa interna, de empatar mi cuerpo con el ritmo del mundo  entonces, este poema de Luis Pescetti:

Alivio del éxito… “quiero ser la persona más lenta del mundo  y cuando todos aprendan a caminar, yo todavía gatee; y balbucee cuando otros conversan; que me manche con tinta, con café, y tengan que avisarme;  lenta en darme cuenta, en avivarme,  ser la última en entender, la última en llegar, la última en recibir un premio, que los demás cumplan años y yo cumpla semanas… la última en levantarme, que nadie espere nada de mí, soy la persona más lenta del mundo,  pasarán los años lentos como siglos, lejos de las modas, siempre out, ¡un alivio!, lenta, lenta … algún trabajo habrá en el que precisen a alguien lenta, a algún hombre le gustará verme tan lenta, tan lenta,  con un poco de suerte él también me gustará sin apuro iremos viendo…”.

Estoy estudiando un posgrado en arte y lo llevé  lo leí en voz alta para apropiármelo  mi parte artística habla de la discapacidad  y de la enfermedad, en el arte encontré una herramienta de entendimiento de lo que me pasa a mí  y de lo que pasa afuera de mí. Cuando empecé con los síntomas y estas cosas raras,  el sistema médico me hablaba en un lenguaje incomprensible cero empático,  en el arte  entendí  lo que me estaba pasando en mis propios términos;  empecé hablando de rampas  denunciando la falta de accesibilidad… me di cuenta que no me importaban tanto las rampas  como la mirada, la mirada de los demás miradas de curiosidad o de lástima  yo también tenía esa mirada hacia mí misma, era la primera en juzgar mi condición.

En septiembre del 2021 me mudé a la Ciudad de México ¡un mes con diarrea!  “literal me estaba cagando de miedo”,  y entonces, me encuentro en un lugar increíble, empieza a dejar de tener sentido el hablar de la discapacidad  como lo estaba hablando;  en el posgrado de arte nos dieron la bienvenida…  una compañera se voltea y me dice: “a ver si vamos a tomarnos algo saliendo” se cayeron mis prejuicios hacia mí misma, no me vió ni como enferma, ni como una persona con discapacidad me vió como una igual a ella aquí mi cuerpo es otra cosa.

Traía un proyecto, la representación de las mujeres con discapacidad en la telenovela, la maldita lisiada  me aventé ciento noventa capítulos de María la del Barrio  empecé a hacer una selección, luego las compartí con compañeras con discapacidad motriz  para ver qué sentíamos y cómo era ver esa representación empezó a ser bien pesado, duro, abrumador… porque dentro de esta investigación, estoy yo en medio; siempre yo ahí pero buscando otras cosas irónicamente como una fuga de mí misma.

Empecé a querer explorar desde otro lugar, no tanto desde la mirada del otro ¿qué me pasa a mí?  ¿qué me pasa a mí con esto? escribí un ensayo “De la inclusión a la expansión” fue bien duro pero bien rico. ¿Inclusión? me saltaba ese trato buena onda incluyente  me caía gordísimo  hasta que escuché una charla en Puebla con Pato Bustamante había una señora en el público que pidió la palabra  “es que sí falta mucha educación, hay que educarnos” y Pato dijo: “¿por qué no mejor nos deseducamos?  ¿por qué no mejor nos deseducamos de todo lo que pensamos sobre la discapacidad? por qué no mejor hablamos de expansión” me hizo mucho más sentido porque la inclusión ¿en qué términos? ¿en qué términos se va a incluir y a quiénes se va a incluir?  ¿a quiénes se sigue dejando fuera? 

Desaprender, no está fácil ha sido un ejercicio de confrontación conmigo misma, con mi entorno, de preguntarme un montón de cosas ¿qué he aprendido?  conocí a Beatriz Miranda una eminencia en estudios de discapacidad platicar con ella me dio confianza de ser sincera me decía: “Nur, tienes que hablar de esto  porque casi siempre se habla de lo que las discapacidades  o enfermedades nos quitan,  casi nunca de todo lo que nos dan”... y me he dado cuenta de otras capacidades que tengo, Leonor Silvestri tiene una frase  “…tanta expansión de límites cuando en apariencia me acorta y me acota”.

También pensaba en mi mamá,  tenía una mala relación con ella y a partir de todo esto  de que me ha tenido que cambiar el pañal a mis veintidós años  hicimos una complicidad  nuestra relación ha mejorado un montón, la veo con muchísimo respeto, lo ha vivido conmigo me ha acompañado en todo esto  yo ayer podía correr,  un lunes me diagnosticaron lupus, el martes, mi mamá llevándome a la Universidad, arrastrándome al deber ser,  estuvo bien,  el arte, la Universidad,  el volverme cabeza un tiempo me ayudó a sobrellevar todo esto;  ahora quiero bajar al cuerpo crear un universo lento  invitar a la gente a este universo a esta temporalidad que me habita el arte me da la posibilidad de explorar mi condición de estas maneras.

También conocí a las Femidiscas,  compartir con ellas desde otro lado, reconocer la interdependencia  ¡ay, qué bonito! ¡qué padre tener cómplices! y desde ahí enunciarme  políticamente somos mujeres con discapacidad ahí, pongo mi granito de arena… Dana, Ana, y yo, que tenemos discapacidad motriz hicimos un foro hablando sobre el proyecto de las telenovelas curiosamente, se conectó gente que no tiene discapacidad y entonces, recibir mensajes diciendo: “me di cuenta que mi forma de ver la discapacidad es paternalista, o asistencialista”... leer que se abría el panorama, otro punto de vista de lo que es ser una mujer con discapacidad, mi granito de arena… con ellas no hay deber ser colectivo, cada vez más fuertes nuestros lazos, nuestra confianza, eso me hace querer dar lo mejor de mí. Ahora, encuentro que mi resistencia está en lo erótico me gustaría ir por ahí, habemos mujeres a las que se nos niega la feminidad  las mujeres con discapacidad somos una de ellas.

Mi resistencia va por ahí hacia permitirme ser femenina  darme chance de sentirme bella y sensual, bajar a mi cuerpo siento que es una forma de resistir y hacer las cosas que me niego darme permisos tengo ganas de ponerme estos calzones aunque abajo traiga el pañal y decirlo, con toda la vergüenza y con todo lo que lleva decirlo en voz alta ha sido un ejercicio de valentía  me ha permitido encontrarme, con Femidiscas y con mujeres que no tienen una discapacidad  y que sienten exactamente lo mismo .